Gabriel Wong, un artista y arquitecto panameño de origen asiático, con una visión amplia ante el mundo, ha decidido contarnos una narración visual sobre aquello que nos representa como humanidad. A través del diálogo entre la antigüedad y la sobre modernidad cibernética, la memoria colectiva local y la complejidad de la economía global, y del mestizaje como instrumento humanizador, se vale del Toro (símbolo del zodiaco chino para el 2021) como recurso simbólico de este ensayo pictórico sobre la universalidad del ser humano. 

Niu Beginnings recoge desde su título la intención de ofrecer un mensaje de esperanza para un año de nuevos inicios, en una serie que entreteje recursos y técnicas con los que el artista ha trabajado durante ya casi dos décadas, tales como el dibujo arquitectónico, el paisaje urbano "a mano alzada", la caligrafía abstracta, o el expresionismo abstracto.

Bajo el metadiscurso de la amplitud cultural de la humanidad, alude a su mestizaje entre lo chino y lo panameño, para establecer vínculos que se proyectan desde la mezcla de pigmentos del panameñísimo "café de altura" con salsa de soya china consolidados con medio acrílico, para crear piezas que recuerdan el arte rupestre, los ideogramas de la escritura tradicional asiática, e incluso la música como instrumento de interculturación.  

Con su obra rinde homenaje a compositores y intérpretes como Carlos Castellano, Frank Sinatra, Gabino Pampini y Roberto Blades; a artistas visuales como Théophile Steinlen, Man Ray, Kazuo Shiraga y Arturo di Modica; y a arquitectos tan influyentes como el propio Le Corbusier. Todos creadores que superaron sus contextos inmediatos para transformarse en íconos de la historia de la humanidad.

Esta muestra, la primera individual en grandes formatos de Gabriel, es un recorrido visual por las obsesiones que se cruzan por su voluntad creadora. Una compleja serie cuya pluralidad temática no responde en absoluto al capricho, y que debe leerse como si de una tela de araña se tratara, hilvanando hitos y referencias que se entrecruzan bajo el concepto primario de reconocernos como ciudadanos del mundo, con más similitudes que divergencias, protagonistas de una misma historia, ocupantes de un mismo espacio en el universo compartiendo una misma razón para existir.

Reinier Rodríguez Ferguson

Ciudad de Panamá, enero de 2021